sábado, 16 de marzo de 2013

CARMELLA E ISABEL 

2013

I
AMANECER


       Luterana fue el lugar que coincide con lo descrito por aquellos que sueñan luego de despertar de fabulas de la mente, muy vivo, tanto así que no se sabe si estamos despertando o apenas estamos empezando a vivir.  No sabemos donde ubicarnos ni a donde desplazarnos después de un sueño, solo estamos allí esperando una referencia para saber si volvemos al pasado, como repetición de lo vivido o por el contrario creemos avanzar hacia un futuro que no podemos palpar, ni con recuerdos referenciados, ni por remotos que sean. Apenas esa mañana logre sentir la luz del lunes en mi rostro, me volví hacia la pared para disfrutar el frío de la noche anterior, luna llena. El sonido de los danzantes por las calles se concentraba en las alarmas, y la moscas me acompañaron hasta que me levante y bañé en el Araguaney, sus flores huelen sin oler, solo mirarlas hacen que mi olfato se llene de sensaciones. Lustrados estaban mi zapatos, desde la noche que no pude conciliar, ni por un segundo el descanso de mi cuerpo, por lo que tuve realizar una tarea que no fuese tan apropiada para la hora, con la idea de no desgastarme pero  tampoco permanecer totalmente despierto. En ese instante una de las tantas ideas que ocurre venirse a mi mente, revoloteó con apresuramiento. Creía que los hombres por las mujeres lograban hazañas que ni ellos sabrían que podrían hacer. No entiendo este tema, pero sé que hay perspectivas que pueden justificar la muerte, al punto de creer que mueres por amor y no por miedo a perder algo deseado, con toda tu alma, vaciando la tuya y llenándola de momentos. El espejo que había traído del lugar donde la arena es parte del paisaje seco y de noches muy obscuras con una bóveda de estrellas en su telar, me recuerda que este es mi cumpleaños número 30. Tomo las cosas de costumbre y al escuchar el rechinar de la puerta me doy cuenta que no estoy en los lugares sino en circunstancias totales, ellas me acompañan y aún presiento que debo estar en otro lugar, tengo la idea de construir algo que me haga conseguir el camino para amanecer. Mis manos cuando las preciso por sorpresa son memoria del pasar de los años y de la muestra de cómo mi Dios ha podido dar al hombre tiempo para reencontrar su camino. ¿Amanecemos a la Vida o Despertamos de la Muerte?
            Ese día miraba fijamente el contraste de imágenes que podía captar mi visión, incluyendo la periferia del cuarto de madera y muchos libros, entonces invadía la luz que entraba por la ventana mi ángulo del cristalino más pronunciado. Se hacia un claro de luz con tres puntos en el vórtice de la curvatura de la luz que podía ver. Me sentía pleno, ávido de escribir y de pronunciar alguna palabra con las teclas en mi computador. Allí precisamente me di cuenta que había que continuar. Estaba acompañado con esa emoción de alegría, propia de un joven dispuesto a cambiar mi rumbo. Pasaban las 5 de la tarde y el sol casi detrás de las montañas, llenas de ranchos rojizos. Las nubes me indicaban el camino al imaginarium de figuras contrastadas con el hidrógeno develado por los fotones. Cimarrones, culinimbus, estratos y pequeños algodones me miraban cuando me asomé por la ventana. Mi esperanza era de seguir en este oficio, y de comentar a mi próxima visita lo que tenía dispuesto. Sonó el timbre y la señora Audencia prometió dejar pasar a la persona que esperaba. Con voz categórica mencionó su nombre- Chárton hijo de Cevas- ese nombre era la razón de mi tardanza en el destino de mis líneas. La conversación empezó con mi cigarro en el cenicero dispuesto a la derecha buscando la idea de cómo convencer a ese señor. ¿Cuáles son las implicaciones de buscar eso? ¿Por qué tendría que hacerlo de ese modo?. Será posible que entiendas que no hay razón tan fuerte como para convencer mi sentido común, para abordar tal empresa, sin saber que debo conseguir y en qué momento. Cevas era un amante de la codicia, de tal forma, que esta misma, pienso que podría ser el ápice de sus intenciones más básicas hasta llevarme al submundo más obscuro de sus ideas. Coleccionista de todo, tanto, que se que en sus bolsillos existen muchas deudas y muchos muertos que intentan salir.
            -In spirito remigio vita, mi amigo. Por supuesto si es de su agrado que le recuerde la fuerte voluntad de este ensayo, que nos producirá a todos por igual, transformaciones en un ámbito global-...

CONTINUA...